Casi se puede decir que la historia del ciclismo, es la historia de Campagnolo.
La empresa nace en 1933, en la trastienda de la ferretería del padre del fundador, Tullio Campagnolo. Prueba de que la innovación está en el ADN de Campagnolo, es que 3 años antes de la fundación ya había patentado uno de los componentes clave en el futuro de la bicicleta: el cierre rápido
En 1940 desarrolló el cambio de varillas, que derivó 10 años después en el cambio tal como lo conocemos hoy en día, de paralelogramo.
Otro término que acuño la mítica marca italiana es el de "grupo", esto es, un conjunto de componentes que comparten estética, nivel de acabados y gama de precio, que interactúan en armonía.
La firma diseña en Italia y fabrica exclusivamente en países de la UE, caso único en la industria del ciclismo.
Los componentes Campagnolo son sinónimo de tradición, máximas prestaciones y diseño italiano. Campagnolo, 80 años de innovación contínua.